Autor: Mgter. Roberto Tomassiello

La vajilla es parte esencial en la vida de los seres humanos, Interactúa con las personas en el acto de comer, que es un rito social y biológico determinado por pautas culturales. Dicha interacción ha de tener en cuenta los aspectos anatomo-fisiológicos y antropométricos de la mano, así como sus capacidades y limitaciones. Entre estas Últimas, se encuentra la libertad de movimiento que permiten las articulaciones interfalángicas, por ejemplo.
La mano integrada por diferentes segmentos óseos permite diferentes modos de prensión y una notable variedad de posiciones y agarres. Estos últimos pueden ser mediante presas de precisión, como el caso de pinzas que admiten su ejecución de modo digital, palmar o centrada. Otra posibilidad son las presas contra gravedad (sostener una fuente con la palma de la mano) y las presas de acción, cuando la mano sostiene y a la par, actúa con fuerza.
La Ergonomía es una disciplina del ámbito científico-tecnológico que se orienta a optimizar las interacciones entre las personas y los productos que éstas utilizan en su vida cotidiana. Proporciona así bienestar, seguridad, eficacia, eficiencia. En síntesis, su propósito en contribuir a mejorar la calidad de vida de los seres humanos.
La problemática del Diseño Centrado en el Usuario (DCU) -y en particular de la usabilidad-, es en cierto modo reciente en el ámbito de la Ergonomía. Según Sánchez, J. (2011), la primera mención más o menos conocida del DCU apareció en el libro User Centered System Design. New Perspectives on Human Computer Interaction (Norman, Draper, 1986). Sin embargo, numerosos estudios y publicaciones - especialmente extranjeras- hoy se encuentran disponibles sobre el tema. Diseños simples, generados bajo una concepción centrada en el usuario son capaces de responder de modo eficaz a los requerimientos de uso; las tareas han de poder ejecutarse con rapidez, bien hechas y con menor probabilidad de errores. Formas hápticas que se adapten a las características anatomo-fisiológicas y antropométricas de la mano, permiten mayor bienestar y seguridad en la manipulación de los componentes de vajilla. Finalmente, el diseño debe favorecer una comprensión intuitiva de los modos de uso, para facilitar la interacción persona-producto
Para concluir, la actividad de comer en tanto que rito y necesidad del ser humano, es un hecho cultural en sí. Por lo tanto, diseños ergonómicos de vajilla pueden favorecer las interacciones persona - producto, aportando mayor satisfacción en el uso.

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Palabras clave: ergonomía - vajilla - diseño - usabilidad

Universidad Nacional de Cuyo

17 de diciembre

Hotel Esplendor, Arena Maipú

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